Todo grupo musical tiene un nombre que lo representa y le da carácter. Después de todo es así como será conocido todo intento futuro de hacer música. De manera que la gente al oír sus canciones piense directamente en La Banda.
Existe un tipo de guitarra cuyas características principales son su sonido potente y nítido, el diseño único del cuerpo o caja y un mástil bastante cómodo. Estas guitarras fueron populares a mediados de la década de los 60’s y es precisamente esta guitarra la que le inspiró a Kevin Parker para dar nombre a su proyecto más grande: Tame Impala.
La guitarra no es otra sino la Hagstrom Impala y esta es la guitarra favorita de Parker. Con ella da la mayoría de sus conciertos hoy en día. Pero el nombre Impala lo marcó ya que le gustaba mucho como sonaba fonéticamente hablando. Básicamente el sonido de esta guitarra lo hizo unirse mucho más con el sonido avejentado que estaba buscando para sus composiciones musicales y decidió adoptarla como su guitarra emblema. Digamos que fue amor a primera vista.
El artista decidió que sería una buena idea poner en el nombre de su proyecto la historia de cómo logró dominar, o más bien domar (Tame en inglés) esta guitarra. Conocer sus capacidades, entenderla, sentirla como una extremidad más. Este amor por lo retro y ahora por su guitarra lo hizo bautizar a su banda con el nombre tan poderoso como distintivo que hasta hoy es sinónimo de la resurrección del rock sicodélico: Tame Impala. Si bien el modelo que usa Parker no es el modelo original de 1963, la versión moderna que usa en sus conciertos es la “Hagstrom Impala Black Gloss” introducida como una reedición de su modelo original, pero ajustada a la tecnología del año 2015.
